Peinados pelo corto

Varios estudios científicos llevados a cabo en estos últimos cinco años han demostrado que los cortes de pelo son determinantes a la hora de causarle una primera impresión a una persona. 
Antes de adoptar un nuevo estilo, deberías pensar en qué imagen quieres proyectar de ti misma. 
Por ejemplo, los estilos cortos actuales con mechas al viento hacia adelante dan una imagen sexy, de seguridad de en uno mismo, pero también de egocentrismo. Entonces, te dices a ti misma: Ok, no quiero parecer egocéntrica, así que voy a seguir dando una imagen sobria y elegir un corte clásico de ejecutiva. Es un buen estilo si quieres dar una impresión de gracia e inteligencia; sin embargo, vas a parecer una persona cerrada, de todos modos. 
¡Está claro que tu estilo no lo dice todo sobre ti! Es inútil pasarse horas intentando encontrar el corte ideal. Las mujeres son más propensas a evaluar el grado de atractivo de una persona en función de la apariencia o el físico, y no tanto por su corte de pelo. ¿Qué significa esto para las mujeres? Si llevas un estilo de pelo corto, te verán sobre todo como hiperactiva. 
Si te dejas crecer un poco el pelo dejándolo completamente recto, obtendrás la contrapartida ideal del “jopo” masculino: sexy y graciosa. ¿Llevas una cola de caballo? Según los expertos, esto indica que tienes confianza en ti misma, en el plano sexual. Los otros modos de peinarte también revelan mucho sobre tus hábitos y tu carácter. Los cabellos ligeramente alborotados, que no han sido cortados desde hace mucho tiempo, dicen “a mí no me importa nada”. 
Los hombres y las mujeres que siempre llevan el pelo corto indican que les gusta estar a la moda y que no tienen tiempo que perder. Las mujeres de pelo largo, bien peinadas (con un peinado claramente elaborado) indican que les dan importancia a la apariencia y el glamour. 
Las deportistas que llevan una cola de caballo indican que tienen cosas más importantes que hacer que preocuparse de su peinado. Las tendencias de los estilos de pelo corto van y vienen, lo percibamos o no. Aunque nos parezca que no cambian, es bueno saber hasta qué punto han podido cambiar a lo largo de los siglos y las culturas. 
Por ejemplo, si una mujer europea de la Edad Media hubiera visto el estilo de Paris Hilton, habría pensado que se trataba de una pobre granjera.